Norma Ivonne González-Arratia
López Fuentes, José Luis Valdez Medina, Hans Oudhof van Barneveld y Sergio
González Escobar.
Este
estudio examina las características de resiliencia y su relación con algunos
factores protectores, como hábitos de salud, autoestima, locus de control,
enfrentamiento a los problemas y relaciones intrafamiliares en menores
infractores y en situación de calle, con el propósito de identificar factores
de personalidad con los que cuentan estos jóvenes para vivir bajo tales
circunstancias.
Se trabajó con una muestra de adolescentes que vivían en la
calle, comparada con otro grupo de adolescentes que están en una escuela de
readaptación de menores infractores, todos ellos del sexo masculino, de entre
11 y 23 años de edad.
Se
considera a adolescentes en riesgo, a un menor que es infractor debido a que ha
cometido algún tipo de delito, y en la otra, es un menor que hace de la calle
su espacio de vida. Estos jóvenes son categorizados como grupos vulnerables.
Recuperado: http://catrielinforma.com/wp-content/uploads/2013/09/jovenes-calle2.jpg |
RESILIENCIA
Lo
anterior lleva a pensar en la necesidad de estudiar a grupos de individuos que
se encuentran en estas situaciones de riesgo, pero desde una perspectiva
distinta, que es la resiliencia, la cual se enfoca en las capacidades,
posibilidades, fortalezas y adaptación saludable, y provee un marco para que,
más que centrarse en la patología, se estudien las condiciones que posibilitan
un desarrollo más sano y positivo (Fiorentino, 2008).
En
esta investigación se entiende que es el resultado de la combinación o
interacción entre los atributos del individuo (internos) y los propios de su
ambiente familiar, social y cultural (externos) que lo posibilitan para superar
el riesgo y la adversidad de forma constructiva (González-Arratia, 2007).
Recuperado de: http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportalesl-ES/Resiliencia-Los-12-habitos-de-las-personas-resilientes.jpg |
¿QUÉ
ES UN FACTOR DE RIESGO?
Un
factor de riesgo hace referencia a situaciones contextuales o personales que
incrementan la probabilidad de desarrollar problemas emocionales, conductuales
o de salud (Rutter, 1985, 1999). Fernández (2004) señala que identificar y
reconocer los riesgos de un individuo, grupo o comunidad significa poder
estimar la probabilidad de que se produzcan daños (Hein, 2004; Jessor; 1993).
El enfoque de riesgo asume que entre mayor es el conocimiento acerca de los
eventos negativos, mayor probabilidad hay de actuar sobre ellos anticipadamente
para así evitarlos cambiando las condiciones que exponen a un individuo o un
grupo a adquirir enfermedades o sufrir daños (Rutter, 1985, 1999).
Recuperado de: https://thumbs.dreamstime.com/z/corazn-factores-de-riesgo-62544704.jpg |
FACTORES
PROTECTORES
En
cuanto a los factores protectores, estos son entendidos como las condiciones
que impiden la aparición del riesgo, disminuyen la vulnerabilidad y favorecen
la resistencia al daño. Se consideran como tales las fuerzas internas y
externas que contribuyen a que la persona resista los efectos del riesgo, e
implican variables genéticas, disposiciones personales y factores psicológicos,
situacionales y sociales.
Dentro
de los factores protectores considerados internos es posible distinguir
variables tales como la autoestima, el locus de control, los estilos de
afrontamiento y los hábitos de salud, que están presentes en las personas
resilientes (Manciaux, 2003; Suárez, 1997; Wolin y Wolin, 1993). Entre los
factores protectores externos o ambientales que promueven la resiliencia se
destaca fundamentalmente la familia (Munist, Santos, Kotliarenco y cols.,
1998).
Adolescentes
de la calle
En
México, se reporta un aumento de menores en la calle en los últimos años. La
UNICEF, México y el Gobierno de la Ciudad de México registraron en el periodo de
1992 a 1995 a 13,373 menores que vivían o trabajaban en la calle, con un índice
anual de crecimiento de 6.6 %. Los sistemas asistenciales, como el Sistema
Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en el año 2000 tenía
censados a 43,797 niños en la calle en todo el país.
Dentro
de los factores protectores considerados internos es posible distinguir
variables tales como la autoestima, el locus de control, los estilos de
afrontamiento y los hábitos de salud, que están presentes en las personas
resilientes (Manciaux, 2003; Suárez, 1997; Wolin y Wolin, 1993). Entre los
factores protectores externos o ambientales que promueven la resiliencia se
destaca fundamentalmente la familia (Munist, Santos, Kotliarenco y cols.,
1998).
Recuperado de: http://www.elpuntocritico.com/images/fotos2015/0415/infractores.jpg |
Adolescentes
infractores
En
2005, específicamente en el Estado de México, 12.2% de los infractores era
varones adolescentes. Asimismo, las estadísticas judiciales en materia penal
reportan una cifra de 10,640 sentenciados y registrados en los juzgados federal
y de primera instancia en el año de 2009, así como un total de 2,326 procesados
de entre 18 y 19 años de edad (INEGI, 2011).
Considerando
que existen factores de riesgo y protección que actúan simultáneamente en el
desarrollo de los jóvenes en estas condiciones, lo que hace que algunos sean
más vulnerables que otros (Paludo y Koller 2005), cabe preguntarse acerca de la
resiliencia en una muestra de jóvenes mexicanos que viven en la calle y de
jóvenes que se encuentran internados en un centro de readaptación social.
RESULTADOS
En
el caso de los jóvenes infractores, se encontró un elevado índice de consumo de
alcohol y tabaco, lo que puede explicarse debido a que el consumo de drogas y
alcohol ha tenido un considerable incremento en esta institución de
readaptación social.
Los
adolescentes que muestran un nivel bajo de resiliencia manifiestan mayor
devaluación social, requieren cubrir mayores expectativas sociales y muestran
más aspectos negativos en su autoestima y seguridad.
Los
jóvenes de la calle consideran como uno de sus recursos psicológicos la unión y
expresión (relaciones intrafamiliares) en mayor medida. Este hecho indica una
diferencia importante entre las situaciones de riesgo; a pesar de que no
cuentan con el vínculo familiar, desarrollan fuertes lazos de amistad y los
amigos pasan a ser como una familia y una forma de ampliar su red de apoyo,
alejándose así del sentimiento de abandono y soledad vividos (cfr. Munist y
cols., 2007; Neiva-Silva y Koller, 2007).
Recuperado de: https://www.guiainfantil.com/uploads/ocio/dos-amigos-ilustracion-p.jpg |
Los
menores infractores muestran puntajes menores en las dimensiones de unión,
expresión y aspectos positivos de la familia, lo que posiblemente se relaciona
también con el papel que puede desempeñar la familia en la delincuencia. La
desorganización familiar y la falta de comunicación entre padres e hijos son
elementos que potencialmente se relacionan con la delincuencia juvenil, al
menos en México. Así, las condiciones desfavorables o adversas en el hogar
pueden llevar incluso a que la familia funcione como un factor criminógeno.
El
estudio evidenció diferencias estadísticamente significativas entre los
participantes con altas puntuaciones en resiliencia, quienes mostraron
relaciones intrafamiliares más favorables (unión y expresión) y locus de
control interno, mientras que el grupo con baja resiliencia presentó menor
autoestima, mientras que una menor resiliencia se asocia con mayor inseguridad,
devaluación, expectativas sociales y aspectos negativos de la autoestima.
Recuperado de: http://juanmateo-online.com/wp-content/uploads/2015/05/autoestima.jpg |
Si quieres leer el artículo completo, te invitamos a dar click aquí:http://www.uv.mx/psicysalud/psicysalud-22-1/22-1/Norma%20Ivonne%20Gonz%E1lez-Arratia%20L%F3pez%20Fuentes.pdf
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